domingo, 31 de mayo de 2009

La posmodernidad presente en los jovenes latinoamericanos: Anàlisis a partir del personaje principal de la pelìcula "Martín Hache"


En la década de los noventa, surge un nuevo cine Argentino caracterizado por tener una mirada diferente y el carácter independiente de sus realizaciones, con personajes reales y actores no conocidos. “Martín Hache” del director Adolfo Aristaráin, es una realización fluida, con un estudio profundo de sus personajes y su mundo, la cual contiene reflexiones de todo tipo. Este film como otros del mismo director combinan la firmeza narrativa del cine norteamericano y la preocupación social del cine político de la Argentina. Martín Hache es una película que va a caracterizar la nueva obra de Aristaráin, relatos complicados, largos discursos, algo ya visto en el cine intelectual europeo. En esta película, el director deja los convencionalismos, rompe esquemas mostrando en la gran pantalla, el día a día, los sentimientos fuertes, las luchas de los personajes por encontrar un rumbo, todo esto, características del cine contemporáneo.

Como parte del cine latinoamericano hace un gran aporte cultural ya que trae un sentido nuevo al cine, no es solo una historia más, sino que brinda la posibilidad de un análisis introspectivo de la vida, ya que detrás de cada personaje encontraremos una parte de nosotros mismos. Se tratan temas de la contemporaneidad, no ajena a ningún individuo, el miedo, la soledad, las drogas, la búsqueda de la felicidad, el amor, etc.
Cada personaje de la película viene a representar un valor dentro de la sociedad: Martín padre representa el temor a los compromisos, al dolor, Martín Hache es un joven que se abre paso ante un mundo que no fue el que se le presentó de pequeño, Alicia se abandona porque no puede contar con el compromiso del hombre que ama y Dante es el buscador de la felicidad y el placer. Aristaráin, involucra al espectador en el complejo enramado de las relaciones humanas. Al terminar la película, el espectador podrá unir en su cabeza imágenes, palabras y sensaciones sabiendo que la verdadera historia empieza, al final de la proyección.


TITULO ORIGINAL Martín (Hache)
AÑO 1997
DURACIÓN 134 min.
PAÍS Argentina
DIRECTOR Adolfo Aristarain
GUIÓN Adolfo Aristarain & Kathy Saavedra
MÚSICA Fito Páez
FOTOGRAFÍA Porfirio Enríquez
REPARTO Federico Luppi, Juan Diego Botto, Eusebio Poncela, Cecilia
Roth,Sancho Gracia, Ana María Picchio
PRODUCTORA Coproducción Argentina-España; Tornasol Films / Adolfo Aristarain






Personalidad de Martín

Postura ante la vida

Martín Hache, es un joven desencantado de la vida. No sabe de dónde es ni a dónde va; y no es que eso le preocupe realmente. Afirma que le da lo mismo estar vivo que estar muerto.

Pertenece a una familia de la cual no se siente parte, se podría decir que eso es evidente, pues Martín ni siquiera tiene su cuarto propio. Vive en una casa “hotel”, donde únicamente come y duerme.

“H” es un joven posmoderno, su personaje en la película representa los ideales de la generación “X”: desencantamiento ante la vida, pérdida de ese sabor que tiene el simple hecho de la existencia, ese gusto por vivir y hacer lo que uno sabe hacer. En una de las escenas de la película, se muestra la pasión con la que Martín toca su guitarra con su banda. La toca por placer, tal vez para desahogarse, pero sin pensar que este podría ser un excelente recurso para ganarse la vida. “H” ha perdido los metarrelatos productos de la modernidad, la idea de progreso y de “llegar a ser alguien en la vida”, un fin y un propósito alcanzable. El vive por vivir, realmente no le interesa lo que va a hacer de su vida, no cree en el trabajo, no tiene sueños ni esperanzas. El vive el aquí y el ahora, caminando en una espiral que no tiene principio ni fin.

La sociedad posmoderna, está caracterizada por la constante monotonía, por el desencanto de lo que se dijo y no ocurrió, esto, surgido por que se agotó lo nuevo, produciendo una idea de vacío (nihilismo). Este vacío es narcisista, busca lo suyo y complacer los placeres propios y privados. Esta idea está constantemente en la película. Martín está aparentemente vacío, no tiene nada que mostrar. Digo aparentemente porque cuando se trata del amor, él sabe cómo expresarle a su amada, sus planes de irse a vivir juntos. Claro que no tiene ni idea de dónde podrían ir, o de qué van a vivir y aunque expresa estar desencantado de todo, aún cree que la base de toda buena relación es el amor puro y sin mácula. Está totalmente convencido de la idea de disfrutar el hoy sin importar el mañana, y por su puesto, como su futuro no se vislumbra con claridad, le es fácil pensar en el presente sin consecuencias futuras.

Entonces, asqueado de la monotonía, de esa vida de porquería en la que se siente sumergido, Martín decide refugiarse en la “seguridad” que le proporciona la droga y el estar en un grupo que lo acoge. Tal vez, es en ese montón de polvo blanco, humo y rock, donde él encuentra un remedo de la seguridad que reclama a gritos dentro de su hogar.


Se podría decir que existe un vínculo entre los objetos consumidos y la búsqueda perenne de la identidad. Martín se encuentra a sí mismo en sus objetos de consumo, en su música, en su grupo de amigos, en las drogas. Estos íconos de identificación hacen que él se sienta por fin parte de algo, algo que le brinda confianza y estabilidad. Entonces Martín es música, es droga.

Entorno

Conflicto familiar


En primer lugar, no podríamos decir que Martín tiene familia, o mejor dicho no se siente parte de ella. Sus padres son divorciados y el no logra definir con quién quiere estar, la verdad es que le da igual. Vive en una constante pelea con su madre, no se comunican, no se comprenden. Su madre no sabe quién es, no sabe lo que le gusta, no se da el tiempo de hacerlo, ni le da el lugar que se mereced dentro de la casa.

La relación que lleva con su padre es distante. Martín padre vive en España, tiene un cómodo departamento con todo lo necesario, y su vida está tan organizada que no tiene espacio para nadie, ni para Hache. Con la presencia repentina de Hache, se produce un desequilibrio en la vida de Martín padre, este se siente invadido. Trata de no demostrarlo pero el primer síntoma es dejarlo a cargo de un amigo, Dante, en vez de llevárselo con él a un viaje programado. Así escapa al compromiso de entablar una amistad con su hijo, de ser un padre. Durante la película, nunca se tratan. Inclusive cuando Martín H debe regresar a Argentina, no se despiden y para evitar la incomodidad del momento, “H” deja un video. Recursos massmediático.


Los amigos

Existe un fenómeno denominado “la agrupación de jóvenes iguales”, que se basa en la tendencia que tienen los jóvenes de formar identidades y que se centra en la necesidad de estrechar vínculos sociales.

Estas comunidades emocionales se van diferenciando por su forma de vestir, su lenguaje, la música que escuchan, los objetos tecnológicos que adquieren, los programas de televisión que consumen, etc. Entonces se empiezan a agrupar según los consumos culturales y simbólicos que son compartidos por los medios de comunicación.

Martín pertenece a un grupo de música, consume drogas, buscando el efecto alucinógeno para sentirse mejor. Se reúne en el “pub”, se ríen, comparten, se entienden. Todos estos consumos, no son otra cosa que pequeños empujones para saberse, definirse y así crear su identidad.

Dentro de las tribus urbanas hay quienes se juntan porque comparten un desencanto común. Viven una constante incertidumbre con respecto al futuro, no les interesa rebasar pruebas, no les interesa decidir qué papel jugar en la sociedad. Llevan un conflicto interno con respecto a lo que son, lo que los demás quieren de ellos y lo que ellos desearían ser. Todas estas características están en Martín. Para él nunca queda claro qué significa su existencia, ni qué quiere de sí mismo, incluso hasta el final de la película cuando el decide marcharse no sabe por qué lo hace, solo lo siente así y se va.

El personaje de Martín H, representa muchas de las actitudes de los jóvenes producto de la Generación “X”. Es inestable, confuso, indeciso. Busca constantemente su independencia, sale, entra, sube, baja, se maneja por la ciudad a su antojo. Odia el éxito y no lo busca, toca su guitarra por el placer que esta actividad le proporciona. No cree en los proyectos sociales, todo le da igual, y maneja una actitud “quemeimportista” a lo largo de la película.


Desarrollo del personaje


No cambia. Durante toda la película Martín sigue siendo el mismo muchacho confundido, independiente y amante de su música. Su vida no se aleja de la realidad de muchos jóvenes y adolescentes. Hoy en día, cuando tenemos una sociedad en “decadencia” (yo mejor diría redefiniéndose), en muy “normal” que los chicos opten por alejarse de sus hogares y buscarse en los otros, similares a sí mismo.

Todas las decisiones son tomadas por otros. Martín nunca es el protagonista de su vida. Sin embargo al final nos sorprende con la única decisión que hará en toda la película, marcharse.

Modernidad y Posmodernidad

Interactuando en el mismo entorno


Existe un constante interactuar de ideologías y cosmovisiones entre los personajes. La vida que lleva Martín padre es una mezcla. La relación que mantiene con Alicia, es una relación abierta y libre, sin responsabilidades ni compromisos. Por otra parte existe la idea del trabajo, idea muy moderna y presente en Martín padre. Este cree firmemente que el trabajo trae felicidad y progreso y haría lo que fuera por mantener y cuidar su empleo.

Ahora, la vida que lleva Martín Hache es una vida posmoderna no cree en los metarrelatos modernos, vive una vida hedonista, y el sentimiento de vacío es constante. Ambas formas de vida chocan, son distintas y la pregunta que queda en el aire es si el padre acepta a su hijo. Lo ama, y de eso no hay duda, sin embargo no está de acuerdo con la forma de vida que lleva...¿Te suena familiar?

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